Se trata de una prueba de pista en la que el vehículo se pone en movimiento para evaluar características como trayectoria de alineación, frenado y suspensión delantera y trasera.

Con el automóvil en unos elevadores, los expertos revisan la originalidad y estado de la carrocería, chasis y pintura, así como posibles fugas de líquidos como agua, aceite o refrigerante.

Si quieres conocer el estado real del motor del vehículo que vas a comprar, puedes adquirir este servicio por un costo adicional. 

Para este análisis, el controlador de las funciones electrónicas del vehículo se conecta a un escáner para identificar las fallas que pueda tener. Si son borrables, se eliminan; en caso contrario, se recomienda la remisión a un concesionario.

En el peritaje se miden el aire y la profundidad de las llantas para determinar su vida útil o, de ser pertinente, recomendar su cambio.

Se chequea su funcionamiento general, es decir, que sus niveles de potencia, temperatura y rejillas (por las que se suministra) trabajen correctamente.

Mediante la observación de su textura y acabados, con un medidor de espesores o un micrómetro se establece si la pintura es original o el vehículo fue repintado. En este último caso, se valora si el proceso fue adecuado.

Para el caso de los laterales se observa si están funcionando los mandos, bien sean manuales o eléctricos, y que el cristal no esté roto o rayado. 
En cuanto al vidrio trasero y panorámico se inspeccionan con especial atención, pues su mal estado puede ser causa de sanciones por parte de las autoridades de tránsito.

En una pista se comprueba los niveles de eficacia. Un sensor electrónico reporta si un amortiguador está húmedo o golpeado, o si las pastillas de frenos deben cambiarse o están bajas de líquido. También se examinan los discos y pastas.

Se verifica que prendan y apaguen correctamente. Asimismo, que funcionen el cambio de luces bajas, altas, exploradoras, direccionales, de reversa y traseras, que anuncian el frenado.

Con el apoyo de Ajustev, aliado de SURA en asesorías jurídicas y técnicas, se consulta y cruza información de las secretarías de movilidad para revisar antecedentes, multas e infracciones, tarjeta de propiedad y seriales del motor y el chasis. De esta manera, se comprueba que no se encuentren alterados o regrabados y, en caso de estarlo, que ello esté autorizado por los entes de control.